Llevas unos días en las gusaneras y aún no has encontrado nada de nada. Aun das gracias a los dioses por haber encontrado algo de comida cuando se te acabaron las provisiones, cuando de repente notas una corriente fría que proviene del pasillo de tu derecha. Aliviado, pensando que sería una salida al exterior, te adentras en el camino. Mientras avanzas por él, empiezas a notar aún más frío... pero a la vez notas como el camino se vuelve más oscuro, más misterioso...
Aun así, sigues avanzando por él. Cuando pensabas que no podría estar más oscuro el camino, observas como al final de donde llega tu mirada, en una pequeña curva del túnel, hay una pequeña luz. Incrédulo de lo que ven tus ojos, aceleras tu paso para llegar a esa luz.
Pero mayor es tu sorpresa al ver que, tras esa curva, se ocultaba una pequeña sala. Tan pequeña que solo albergaba un pequeño escritorio con cuatro libros y una pequeña vela que emitía un extraño resplandor. Interesado por la vela, te acercas a ella pero, al irla a recoger, notas como un filo más afilado que las espadas de acero valyrio te corta el pulgar.
Sorprendido, te das cuenta que tanto la vela como la luz que emite no son normales... Acercas tu mirada a la vela, y observas como no se corresponde a una vela de cebo, sino más bien a cristal. ‘’No, no puede ser’’,piensas. Diriges rápidamente tu mirada a los libros, para ver de qué tratan. Tres de ellos están escritos en una lengua que desconoces, pero el último lo entiendes perfectamente. Los poderes del Vidriagón. No cabía duda: se trataba de una vela de cristal.
Como no encuentras nada más, decides sentarte en un pequeño taburete mientras ojeas los libros. Extrañado, buscas alguna pista de qué lengua es la de los libros que no puedes entender. Distraído, mientras ojeas el último de los tres libros, ves como se cae de entre las páginas una nota. Al recogerla, observas como sus letras si tienen sentido para ti, pero la palabra que formaban era desconocida...
-Sh... Sha... ¿Shaktas?
Fin del Libro 1
Aun así, sigues avanzando por él. Cuando pensabas que no podría estar más oscuro el camino, observas como al final de donde llega tu mirada, en una pequeña curva del túnel, hay una pequeña luz. Incrédulo de lo que ven tus ojos, aceleras tu paso para llegar a esa luz.
Pero mayor es tu sorpresa al ver que, tras esa curva, se ocultaba una pequeña sala. Tan pequeña que solo albergaba un pequeño escritorio con cuatro libros y una pequeña vela que emitía un extraño resplandor. Interesado por la vela, te acercas a ella pero, al irla a recoger, notas como un filo más afilado que las espadas de acero valyrio te corta el pulgar.
Sorprendido, te das cuenta que tanto la vela como la luz que emite no son normales... Acercas tu mirada a la vela, y observas como no se corresponde a una vela de cebo, sino más bien a cristal. ‘’No, no puede ser’’,piensas. Diriges rápidamente tu mirada a los libros, para ver de qué tratan. Tres de ellos están escritos en una lengua que desconoces, pero el último lo entiendes perfectamente. Los poderes del Vidriagón. No cabía duda: se trataba de una vela de cristal.
Como no encuentras nada más, decides sentarte en un pequeño taburete mientras ojeas los libros. Extrañado, buscas alguna pista de qué lengua es la de los libros que no puedes entender. Distraído, mientras ojeas el último de los tres libros, ves como se cae de entre las páginas una nota. Al recogerla, observas como sus letras si tienen sentido para ti, pero la palabra que formaban era desconocida...
-Sh... Sha... ¿Shaktas?
Fin del Libro 1