-¿¡COMO!? ¿¡SALVAJES!? Insensato! ¿¡Porque no has tocado el cuerno!?
-Lord Comandante... Yo... -Alyn no se aguantaba de pie casi, y estaba jadeando...- Si, los he visto, pero no se dirigían hacia el Muro, sino en sentido contrario... Viajaban ocultos por el bosque hacia algún lado...
-¿Y porqué vienes gritando eso? Puedes generar muchos problemas...-El maestre no parecía muy contento con esa noticia... Luego se acercaría a hablar con él.
-Porque tenían una actitud... Extraña... Iban vigilando mucho que no se les viese.
-Algo normal, son salvajes! Pocos has visto tu, me da a mi! Jajajajaja!!!-El pequeño grupo de exploradores empezó a reír a carcajada viva.
Ese punto fue suficiente para Hela. Sabía que Alyn tenía razón en sus palabras, era demasiado honesto como para engañar a sus hermanos juramentados. De otra persona que no hubiese venido al Muro voluntariamente aún, pero de alguien que vino porque quiso... Nunca mentiría.
Se dirigió hacia el patio por la puerta opuesta a la que había utilizado Alyn. Allí vio como un pequeño grupo de novatos estaba practicando con las espadas embutidas. Le dieron ganas de coger una y desfogarse un poco, pero ella era una mayordoma y el instructor no lo hubiese permitido... A veces deseaba ser exploradora, pero su promesa con la Guardia se lo impedía. Decidió dirigirse a la torre derrumbada, a ver si encontraba algo para desahogarse allí.
Y así fue. Ben y Kevan estaban allí, practicando un poco con la espada. Desde la desaparición de Luwin pasaba mucho tiempo con ellos. Le hacían sentir menos sola, aunque nunca como cuando estaba junto a Luwin... Justo en ese momento Kevan desarmaba a Ben con un ágil movimiento y enviaba el arma justo a los pies de Hela.
-¿Que tal si ahora te mides contra alguien que no sea tan torpe? -Hela recogió el arma que tenía justo delante.
-Como tu quieras, señora... Pero después no llores si te hago mucho daño, ¿de acuerdo?
-Si llego a tener un arco el resultado no hubiese sido el mismo! -Ben estaba levantándose del suelo con la ayuda de Kevan -Hela, dale cuatro golpes bien dados de mi parte...
-Como tu quieras... Aunque le daré unos cuantos más de mi parte.
En un momento empezaron a pelear. Kevan era rápido y curtido en la batalla, pero en agilidad no había quien ganase a Hela. Después de lanzarse varias estocadas sin éxito alguno, los golpes empezaron a fluir, directos a Hela. Ella recibía la gran mayoría, aunque de vez en cuando conseguía darle a Kevan.
-¿Sabéis?-Mientras hablaba, Hela mantenía la guardia, esquivando los ataques -Alyn ha entrado antes en el comedor gritando que había visto salvajes cerca del Muro...
-¿Salvajes? Imposible... -Kevan esquivó la estocada de Hela y giró sobre si mismo.
-Pues sí, y me temo que van a atacarnos, aunque el Lord Comandante no me quiera hacer caso... -Justo en ese momento, Alyn acababa de llegar.
-Pues tendremos que prepararnos... Hela, la pared!
Mientras Ben la avisaba, notó que tenía la pared justo en su espalda.Con un movimiento rápido, Kevan le quitó la espada y le puso el arma sobre su garganta.
-Estas muerta.
En ese preciso momento, se pudo escuchar un rotundo ''joder'' en practicamente todo el Castillo Negro.
-Lord Comandante... Yo... -Alyn no se aguantaba de pie casi, y estaba jadeando...- Si, los he visto, pero no se dirigían hacia el Muro, sino en sentido contrario... Viajaban ocultos por el bosque hacia algún lado...
-¿Y porqué vienes gritando eso? Puedes generar muchos problemas...-El maestre no parecía muy contento con esa noticia... Luego se acercaría a hablar con él.
-Porque tenían una actitud... Extraña... Iban vigilando mucho que no se les viese.
-Algo normal, son salvajes! Pocos has visto tu, me da a mi! Jajajajaja!!!-El pequeño grupo de exploradores empezó a reír a carcajada viva.
Ese punto fue suficiente para Hela. Sabía que Alyn tenía razón en sus palabras, era demasiado honesto como para engañar a sus hermanos juramentados. De otra persona que no hubiese venido al Muro voluntariamente aún, pero de alguien que vino porque quiso... Nunca mentiría.
Se dirigió hacia el patio por la puerta opuesta a la que había utilizado Alyn. Allí vio como un pequeño grupo de novatos estaba practicando con las espadas embutidas. Le dieron ganas de coger una y desfogarse un poco, pero ella era una mayordoma y el instructor no lo hubiese permitido... A veces deseaba ser exploradora, pero su promesa con la Guardia se lo impedía. Decidió dirigirse a la torre derrumbada, a ver si encontraba algo para desahogarse allí.
Y así fue. Ben y Kevan estaban allí, practicando un poco con la espada. Desde la desaparición de Luwin pasaba mucho tiempo con ellos. Le hacían sentir menos sola, aunque nunca como cuando estaba junto a Luwin... Justo en ese momento Kevan desarmaba a Ben con un ágil movimiento y enviaba el arma justo a los pies de Hela.
-¿Que tal si ahora te mides contra alguien que no sea tan torpe? -Hela recogió el arma que tenía justo delante.
-Como tu quieras, señora... Pero después no llores si te hago mucho daño, ¿de acuerdo?
-Si llego a tener un arco el resultado no hubiese sido el mismo! -Ben estaba levantándose del suelo con la ayuda de Kevan -Hela, dale cuatro golpes bien dados de mi parte...
-Como tu quieras... Aunque le daré unos cuantos más de mi parte.
En un momento empezaron a pelear. Kevan era rápido y curtido en la batalla, pero en agilidad no había quien ganase a Hela. Después de lanzarse varias estocadas sin éxito alguno, los golpes empezaron a fluir, directos a Hela. Ella recibía la gran mayoría, aunque de vez en cuando conseguía darle a Kevan.
-¿Sabéis?-Mientras hablaba, Hela mantenía la guardia, esquivando los ataques -Alyn ha entrado antes en el comedor gritando que había visto salvajes cerca del Muro...
-¿Salvajes? Imposible... -Kevan esquivó la estocada de Hela y giró sobre si mismo.
-Pues sí, y me temo que van a atacarnos, aunque el Lord Comandante no me quiera hacer caso... -Justo en ese momento, Alyn acababa de llegar.
-Pues tendremos que prepararnos... Hela, la pared!
Mientras Ben la avisaba, notó que tenía la pared justo en su espalda.Con un movimiento rápido, Kevan le quitó la espada y le puso el arma sobre su garganta.
-Estas muerta.
En ese preciso momento, se pudo escuchar un rotundo ''joder'' en practicamente todo el Castillo Negro.